La contaminación del agua entraña un riesgo para la salud humana. Los vertidos fecales en ríos, lagos y mares pueden causar graves enfermedades infecciosas como el SARS-CoV-2, el virus que actualmente produce la pandemia Covid-19.

Un grupo de científicos holandeses del Instituto de Investigación del Agua KWR encontraron restos del coronavirus en las aguas residuales de una ciudad de los Países Bajos antes de que se declararan los casos de Covid-19. Esta situación demuestra un posible método de detección precoz en caso de que el virus regrese a las comunidades.

La detección de la presencia de agentes patógenos como virus, bacterias y parásitos sólo puede llevarse a cabo con un control preciso que garantice la seguridad del agua para el consumo humano, la salud, la agricultura, las actividades recreativas y todas las aplicaciones con aguas superficiales y subterráneas.

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Estudios recientes han analizado la presencia de COVID en aguas residuales para evidenciar la enfermedad en poblaciones cercanas. Una de las dificultades que presenta la actual crisis sanitaria del coronavirus es la detección del número total de personas infectadas. El coronavirus deja un rastro genético (ARN) que permanece en el organismo de los infectados durante 20 días. Después es expulsado a través de las heces y otros métodos de secreción, según la revista Nature.

Por lo tanto, la excreción del virus en las heces de las personas infectadas hace que las aguas fecales también se contaminen. Así pues, una concentración elevada de coliformes y e-coli en las aguas fecales determina que el agua está contaminada.

Los niveles recomendados de bacterias coliformes fecales son:

aguas fecales

Según informes del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), la supervivencia del virus en agua salada es muy baja debido a la sal. En las zonas de baño de las playas, el peligro procede de las secreciones de los bañistas y de los excrementos humanos no tratados. En agua dulce, este riesgo también está presente en ríos, lagos, piscinas y embalses donde el agua no está tratada.

La plataforma Libelium Smart Water Xtreme IoT permite monitorizar en tiempo real y de forma continua la calidad del agua y detectar la presencia de e. coli y coliformes totales, que son un indicador que alerta sobre la contaminación de aguas fecales.

De este modo, pueden establecerse alertas tempranas de riesgo con la supervisión en plantas de tratamiento, vertidos de empresas, sistemas sanitarios de edificios

El instrumento ideal para ello es el sensor Proteus para ¡Plug&sense! Smart Water Xtreme. Este La sonda multiparamétrica utiliza fluorescencia para controlar la DBO, la DQO, el COT y los coliformes totales (y sus variaciones) en tiempo real.. Proporciona a los usuarios una plataforma de sensores robusta, repetible y de bajo mantenimiento para medir coliformes en tiempo real, sin necesidad de laboratorio, incluidas las bacterias E. coli. Es útil para aplicaciones en agua potable, de baño (marina y dulce), tratamientos de aguas residuales e industriales.

Sensor Proteus para la detección de coliformes

El Proteus es un instrumento multiparamétrico que puede incorporar una gama de sensores ópticos para muchos tipos de aplicaciones. La plataforma de monitorización de última generación incorpora la tecnología más avanzada para proporcionar una monitorización precisa, fiable y con un mantenimiento mínimo de la demanda bioquímica de oxígeno (DBO) y el carbono orgánico disuelto (COD).

Puede ser utilizado como un sensor único, debido a los monitores en remoto automático. Se basa en sensores de tecnología UV, fluorescencia y turbidez.
Un algoritmo lo combina todo y calcula el número de bacterias por cm³, lo que ofrece una gran ventaja competitiva porque, hasta ahora, la única forma es llevar una botella al laboratorio, con todos sus costes.